Receta: Tarta Oreo sin horno
Las cenas de empresa y las comidas con amigos o en familia son muy comunes en estas fechas. En estos eventos encontramos gran variedad de entrantes, sabrosos asados, y vistosos postres que casi acompañan al decorado navideño. Si quieres conquistar a tus invitados con un delicioso pastel sin complicarte demasiado, haz la lista de la compra y toma nota de esta receta de tarta Oreo sin horno. Sólo necesitas media hora para prepararla y unas 3 horas para que enfríe en la nevera; tiempo que puedes aprovechar para ir preparando el resto del menú.
Tiempo de preparación: 30 minutos
Tiempo de cocción: 30 minutos
Tiempo de reposo: 3 horas mínimo
Tiempo total: 4 horas
INGREDIENTES:
Para la base:
- 1 paquete de galletas oreo de 160 gr
- 50 gr de mantequilla a temperatura ambiente
Para la crema:
- 250 gr de crema de queso (tipo Philadelphia)
- 500 ml de nata para montar (mínimo 35% materia grasa)
- 150 gr de azúcar
- 2 sobres de preparado para cuajada
- 300 ml de leche (preferiblemente entera para que cuaje bien)
- 1/2 paquete de galletas oreo (unos 80 gr, para adornar la superficie)
ELABORACIÓN:
Para la base:
El primer paso para elaborar esta riquísima tarta de Oreo es preparar la base. Para ello, separamos las galletas y les quitamos la crema que las une, la cual reservamos en la nevera para usarla más adelante. Cuando hayamos separado todas las galletas, las trituramos y dejamos y reservamos una parte (menos de la mitad) para usarlas al final como cobertura para decorar nuestra tarta. Se pueden triturar con la picadora eléctrica o a mano con un mortero y un poco de paciencia, hasta que quede polvo de galleta. Para terminar nuestra base mezclamos la galleta triturada con la mantequilla ligeramente fundida (no calentar demasiado), formando una masa que vamos a colocar sobre la base del molde ayudándonos con una cuchara o directamente con los dedos, repartiendo la mezcla por todo el molde y presionando bien para que quede lisa y homogénea. Por último, introducimos el molde en la nevera para que endurezca la base mientras vamos preparando el resto de ingredientes. Si vais a querer desmoldar la tarta una vez esté cuajada, es necesario utilizar un molde desmontable.
Para el relleno:
Ponemos a calentar a fuego lento la nata liquida, la leche, el queso con el azúcar y la crema de las galletas que teníamos reservada. Mientras vamos preparamos la cuajada, para lo que diluiremos los sobres de cuajada en un vaso con unos 150 ml de leche templada y removemos bien hasta que no queden grumos. Cuando el contenido del cazo esté caliente, añadimos la cuajada y removemos constantemente con unas varillas o una cuchara de madera para que no se pegue la mezcla. Hay que tener muchísimo cuidado de que no se queme porque estropearía el sabor de la tarta, por lo que no debemos poner el fuego muy alto y tener paciencia removiendo hasta que se integren todos los ingredientes.
Cuando la mezcla rompa a hervir (si no hierve, no cuajará adecuadamente), apartamos del fuego y vertemos con sumo cuidado sobre la base de galleta que tenemos reservada en el frigorífico, muy despacio porque está caliente y puede estropear la base. Dejamos templar a temperatura ambiente hasta que haya perdido el calor para poder meterla de nuevo en la nevera. Es necesario que esté un mínimo de tres horas en el frigorífico para que cuaje debidamente, pero personalmente creo que es mucho mejor hacerla de un día para otro; coge mucho más sabor y consistencia.
Por último, pasado el tiempo de refrigeración y cuando la tarta haya terminado de cuajar, la adornamos con las galletas oreo picadas que teníamos reservadas, espolvoreando sobre toda la superficie con ayuda de un colador si fuese necesario. ¡Y ya está nuestra deliciosa tarta lista para servir!
Asegúrate de enseñar la tarta a tus comensales antes de empezar el banquete, ¡dejarán sitio para el postre!