Receta: Tarta de turrón y chocolate (sin horno)
En Navidad abundan los banquetes en familia y las cenas con amigos, rematadas por deliciosos dulces tradicionales como el mazapán, los mantecados, o los polvorones. Sin duda alguna, uno de los dulces más típicos en estas fechas en nuestro país es el turrón. De chocolate, guirlache, de Jijona, de nata con nueces… son innumerables los tipos y sabores de turrón que podemos encontrar actualmente en el mercado. Debido a la predominancia de la almendra en los dulces navideños, el turrón blando o de Jijona es uno de los más típicos y con él podemos hacer numerosos postres para sorprender a nuestros invitados en la cena de Nochevieja o el día de Año Nuevo.
Esta receta de tarta de turrón y chocolate con base de galleta es muy sencilla y no requiere apenas tiempo ni ingredientes. La podrás hacer en cualquier momento sin necesidad de usar horno ni ensuciar demasiados utensilios. Además, la mezcla del turrón con chocolate hace a este pastel muy apetecible, ya que generalmente todos los postres que contengan chocolate serán un éxito asegurado.
Dificultad: Muy fácil
Tiempo de preparación: 15 minutos
Tiempo total: 20 minutos (+ 3h de reposo)
INGREDIENTES
Para la base:
- 1 paquete de galletas digestive
- 90 gr de mantequilla
Para la capa de chocolate:
- 300 gr de chocolate para postres al gusto (con leche, blanco o negro)
- 300 ml de nata líquida
- 500 ml de leche entera
- 130 gr de azúcar
- 2 sobres de cuajada
Para la capa de turrón:
- 1 tableta de turrón blando
- 200 ml de nata líquida
- 500 ml de leche entera
- 100 gr de azúcar
- 2 sobres de cuajada
- Chocolate blanco y negro, cacao en polvo o almendra picada o laminada para decorar
ELABORACIÓN
Comenzaremos haciendo la base de nuestra tarta. Para ello, trituramos las galletas (con un mortero o un tenedor y paciencia si no disponemos de picadora) y lo mezclamos bien con la mantequilla fundida en el microondas hasta obtener una pasta. Esparcimos la mezcla en la base de un molde desmontable y presionamos bien con las manos para que quede compacta y lisa. Introducimos el molde en la nevera mientras realizamos el resto de capas de la tarta.
Para preparar la capa de chocolate, apartamos una parte de la leche en un vaso y disolvemos en él los dos sobres de cuajada. En un cazo ponemos a calentar la nata y el resto de la leche a fuego medio-bajo y añadimos el azúcar y el chocolate, removiendo constantemente hasta que se funda. Cuando se hayan integrado todos los ingredientes, añadimos el vaso de leche con la cuajada y seguimos removiendo sin parar hasta que rompa a hervir (tiene que espesar un poco en la olla, pero no demasiado). Vertemos la mezcla en el molde sobre la base de galleta con mucho cuidado (despacio y con ayuda de un cucharón para no romper la base) y dejamos enfriar en la nevera mientras preparamos la capa de turrón.
Para la capa de turrón seguiremos los mismos pasos realizados en la de chocolate: apartamos un vaso de leche y disolvemos en él la cuajada. Ponemos a calentar la nata con el resto de la leche a fuego medio y añadimos el azúcar y el turrón en trocitos para que se funda mejor. Removemos contínuamente hasta que la mezcla sea homogénea y añadimos el vaso de leche con los sobres de cuajada, moviendo sin parar la mezcla hasta que sea homogénea y algo espesa. Vertemos el contenido de la olla sobre la capa de chocolate despacio y con muchísimo cuidado con ayuda de un cucharón para que no se rompa la capa de debajo, y dejamos enfriar en la nevera durante mínimo 3 horas.
Pasadas las 3 horas, cuando haya enfriado y cuajado adecuadamente, podemos decorar nuestra tarta con chocolate, cacao en polvo, almendra, avellanas picadas, o lo que más nos guste, ¡y ya está lista para servir! Sin embargo, personalmente siempre prefiero hacer las tartas de un día para otro para que cojan más sabor y consistencia. Por la sencillez de esta receta y lo rápida y económica que resulta, este pastel sin horno de textura suave y cremosa es la mejor opción para disfrutar de la fusión de un dulce típico navideño con el exquisito sabor del chocolate y el crujiente de la galleta. ¡No sobrará ni un pedazo!