Propiedades del Apio
El apio es una hortaliza ligera y suave. Su contenido en nutrientes es discreto si se compara con otras hortalizas. Tan solo alcanzan cierta importancia el ácido fólico, el potasio y el magnesio, seguidos de lejos por el calcio y el hierro. Sin embargo, se trata de un alimento muy sano gracias a su aceite esencial, repleto de sustancias con importantes efectos sobre la salud.
Este aceite esencial dilata los vasos renales y aumenta la cantidad de orina. Además posee una sustancia denominada apigenina, con propiedades vasodilatadoras. Por eso se ha comprobado que el apio puede bajar la presión arterial más de un 10% y el colesterol en un 7%.
Como presión y colesterol son los principales enemigos del sistema circulatorio y del corazón, se puede afirmar que el apio es imprescindible en la dieta de las personas que sufren este tipo de alteraciones. Los estudios científicos más recientes refrendan el uso tradicional del apio en Oriente, donde la medicina china lo utiliza para bajar la presión desde hace siglos.
Además los mencionados componentes presentes en el apio, junto a la apiína y el magnesio, contribuyen a prevenir las arritmias cardiacas y la angina de pecho. Otro factor que influye sobre los problemas del corazón es la tensión nerviosa, y sobre esta también actúa el apio, pues resulta calmante.
Junto a sus virtudes cardiovasculares, el apio posee un gran efecto depurativo. Esta es la indicación tradicional en medicina naturista, porque tiene efecto alcalinizante: combate la presencia de ácido úrico y de otros residuos tóxicos del metabolismo. Su caldo en ayunas es óptimo para lograr tal fin.
Comido crudo resulta digestivo, debido a que contiene sustancias que abren el apetito y estimulan los jugos gástricos. Además la fibra ayuda a expulsar los gases y acelera el tránsito intestinal.
Además equilibra el sistema hormonal, lo que aleja ciertos tipos de cáncer y alivia alteraciones vinculadas con la menstruación.