Afrodisíacos Naturales
Alimentos para aumentar la potencia y deseo sexual
Muchos son los rumores sobre el efecto de alimentos que potencian la erección en el hombre y aumentan la líbido en la mujer. Pues bien, no son rumores y está científicamente comprobado que por las propiedades que tienen algunos alimentos y por los efectos que ejercen en el propio organismo, se convierten en afrodisíacos naturales. Los explicamos, detallamos y aconsejamos cómo consumirlos.
Ginseng
Famoso por sus propiedades energizantes, sobre todo en Oriente. Esta planta no es afrodisíaca de por sí, pero su consumo nos ayuda a evitar el cansancio tanto físico como mental, y por tanto nos ayuda en nuestras relaciones sexuales aumentando nuestra energía y vitalidad. Por su efecto energético, se recomienda acudir a un especialista cuando se toma en grandes cantidades, sobre todo, aquellas personas que hayan padecido de corazón alguna vez.
Clavo
El afrodisíaco de la mujer. En países orientales es usado para aumentar la líbido, además de combatir el cansancio físico. No es un rumor, ya que se ha comprobado que el consumo continuado de clavo despierta en algunas mujeres el deseo sexual que perdieron, hasta volver a llevarlo a niveles de adolescentes. En Japón, se recomienda para aquellas mujeres que entraron en la menopausia.
Albahaca
Dicen que es afrodisíaca, aunque no hay datos que lo demuestren. Lo único que se sabe de esta planta, la cual es usada como condimento en ensaladas y comidas, es que evita el mal aliento, por lo que dentro de una relación sexual, una persona con aliento fresco ya despierta algo más de pasión…
Ajo. El afrodisíaco estrella.
Pocas personas conocen que las propiedades del ajo lo convierten en el mayor afrodisíaco natural del mundo. En algunos países se le llama “la viagra natural”. Nos detenemos en este punto para explicar cómo iniciar una dieta con el ajo para potenciar nuestra sexualidad y romperemos algunos mitos de este “alimento”.
Algunos hemos escuchado que el consumo elevado del ajo provoca un mal olor corporal. Pues bien, decir que el ajo no huele, lo que huelen son los malos hábitos contra los que lucha el ajo. El ajo tiene propiedades curativas, antibióticas y antisépticas, además de desintoxicantes y purificantes dentro de nuestro organismo. Si tomas café, fumas y no haces ejercicio, notarás que si aumentas la dosis de ajo, el olor de tu sudor será capaz de despertar a una mofeta.
Pues bien, no es debido al ajo en sí, sino al trabajo que están haciendo las propiedades del ajo. En ese momento tu cuerpo está experimentando una limpieza de toxinas. Conforme vayas cambiando tu dieta y vayas adquiriendo unos hábitos más saludables como hacer ejercicio de forma habitual, podrás tomar este alimento en cantidades industriales y no desprenderás ningún olor corporal.
El ajo como anticoagulante natural, y por tanto, potenciador sexual
El ajo tiene unas propiedades anticoagulantes naturales, que a fin de cuentas, es lo que consigue la viagra (mejorar y potenciar la circulación de nuestro organismo), con la diferencia, de que su efecto no es inmediato y deberemos iniciar una dieta programada para conseguir los efectos deseados.
Dieta del ajo
Durante siete días, toma 4 dientes de ajo. No importa cómo lo hagas, hay personas que lo mastican, otras lo trocean y lo ingieren con agua, otros lo pican en ensaladas, etc… busca la forma de ingerir esos 4 dientes de ajo crudos. En el momento que los frías, anulamos las propiedades que buscamos.Después de esos 7 días, aumenta la dosis diaria a 6 dientes de ajo. Mantén esta dieta durante otros 7 días. En 15 días máximo siguiendo estos sencillos pasos vivirás una sexualidad hasta entonces desconocida por tí. Notarás un efecto de erección duradera, deseo sexual, energía y potencia.Una vez conseguido este efecto, baja la dosis a 2 dientes de ajo diarios.
Esto no es un mito, es una realidad, hasta el punto que el llevar esta dieta tiene un inconveniente. Es desaconsejable si esperas ser operado, o sencillamente si tienes que sacarte una muela en el dentista, ya que por su propiedad anticoagulante podría darse el caso que ante una herida abierta, no se consiguiera detener el flujo sanguíneo. Es conveniente avisar a tu médico de esta “dieta” en caso de intervención quirúrjica.