El sarampión podría ser clave en la cura contra el cáncer
Investigadores de la Clínica Mayo han dado un nuevo paso en la cura contra el cáncer al modificar genéticamente una cepa del virus del sarampión que es capaz de atacar a células cancerosas.
El primer ensayo clínico en pacientes ha obtenido resultados positivos: el tratamiento se probó en dos mujeres que padecen mieloma múltiple (un tipo de cáncer que afecta a los glóbulos blancos de la médula ósea) y, en uno de los casos, el cáncer comenzó a remitir. Actualmente, se está llevando a cabo un ensayo clínico de mayores proporciones siguiendo esta línea de investigación.
¿ESTAMOS ANTE UNA NUEVA CURA CONTRA EL CÁNCER?
Por desgracia, aunque se haya conseguido una remisión de los tumores a corto plazo, este hallazgo se encuentra lejos de ser una verdadera cura contra el cáncer. Desde hace décadas, los científicos han intentado utilizar virus para atacar de manera específica a las células cancerígenas en cientos de ensayos, algunos de los cuales parecían ser muy prometedores. A pesar de ello, ninguno de esos virus se ha llegado a convertir en una cura contra el cáncer, y es posible que esta cepa modificada del sarampión no sea una excepción.
Aunque aún estemos lejos de conseguir una cura, debemos analizar detenidamente lo que se ha conseguido con este ensayo, ya que es la primera vez que se consigue combatir el cáncer con una simple inyección intravenosa.
¿UN VIRUS PUEDE SER UNA CURA?
Aunque parezca contradictorio, la respuesta es sí. La idea del uso de un virus para atacar células cancerosas se basa en las diferencias que hay entre ellas y las células normales. A grandes rasgos, las células cancerosas expresan en su superficie proteínas diferentes a las células normales, por ello, es posible modificar un virus para que reconozca específicamente dichas proteínas y pueda infectar las células.
La muerte celular se puede producir entonces de dos formas: la primera opción es que sea el propio virus quien destruya la célula después de infectarla -por lisis de la membrana citoplasmática- o puede que el virus sólo sirva para provocar una respuesta inmune agresiva contra las células infectadas. En este último caso, la finalidad del virus es actuar como señuelo para el sistema inmunológico, quien se encargará de eliminar cualquier amenaza antigénica mediante la producción de anticuerpos.
Cada vez estamos más cerca de conseguir una cura contra el cáncer, y este ensayo es el claro ejemplo de que los virus modificados podrían llegar a jugar un papel determinante en la supresión de algunos tipos de cáncer. Los investigadores continúan buscando nuevas formas de adaptar sus virus modificados a los diferentes tipos de tumores, y de asegurarse de que las células infectadas acaban muertas con el fin de que los tumores sean cosa del pasado.